27 de diciembre de 2008

Viendo la luz


Acostada en mí cama, pensando en lo que pudo pasar. Si hubiera hecho algo, tal vez debí dar el primer paso, tal vez la costumbre de no hacerlo o el pensar que iba a malograr lo ya construido, evitó que lo hiciera.

Pero, ¿Qué puedo hacer ahora? Mirando una botella de vino vacía, una foto rota y los cincuenta céntimos que me quedan, pienso en la falsedad creada en mi mente de algo que aparentaba ser, pero nunca fue y mí engaño fue tan grande que ahora no puedo olvidarme de él.

Lo que hice, lo que estoy haciendo y lo que haré, son solo sucesos cronológicos, de una parte de mi historia que avanzan y se construyen dependiendo de lo que piense de él. Porque es él, alguien que me afectó, que me hizo pensar distinto, y que sin decirlo o pedirlo, logro que haga cosas que mi mente llegaba a considerar imposibles, dejar mi rutina, ser alguien diferente, es algo común ahora para mí, porque en estos últimos cuatro meses, aprendí más que en los últimos dos años de mi vida.

Enamorada de un espejismo y atrapada en un túnel, recuerdo las líneas escritas por Ernesto Sábato y las cartas rotas que algún día escribí, mostrando mis sentimientos encontrados y los pensamientos que tuve por él, durante tantas noches de largos llantos y me doy cuenta que hay una luz, esperando que no sea solo una falsa imaginación.

Ando a la deriva, conociendo cuál es la salida, pero no se qué hacer, es gracioso; siempre me dijeron: “O haces algo; o no lo haces, pero siempre te quedarás con la duda del qué hubiera pasado”. Ahora yo pienso que esa duda tal vez sea lo correcto y guardarla sea la mejor solución. Pero tal vez sea mejor armarme de valor e intentarlo, porque ser la que da el primer paso no siempre es peligroso, sobre todo cuando sé que alguien puede ayudarme a correr y que es la luz del túnel, en la que estoy perdida, viendo una salida.

23 de diciembre de 2008

Por última vez: Jsk


Por última vez te escribiré. Nunca lo leerás, lo sé. Así, como nunca has leído las cartas y post que anteriormente te tenían como destinataria. Esa es la cruel verdad, ya no te interesa todo lo que venga de mí, porque olvidarme es lo que quieres. Antes no lo aceptaba, pero ahora comprendí que llorar por ti no era justo. De recuerdo, un mar de lágrimas quedó, que con el tiempo secará. 

Fuiste lo más lindo para mí. En tiempos anteriores quizá estabas presente en cada uno de mis recuerdos, en tiempos anteriores quizá los ángeles me decían que vuelva por ti, pero ahora comprendí que todo tiene su fin. 

Meses atrás, aún estabas presente en mi mente y en mi corazón. Por eso decidí ir a buscarte. Un largo camino recorrí hasta encontrarte. La luz de la esperanza aún la tenía, me alumbraba el camino para seguir, a pesar de los obstáculos, pude llegar a ti. Lo conseguí. Verte después de mucho tiempo fue lo más lindo que ha pasado en este año. Lamentablemente no eras la misma. Pensé encontrar a la chica de la que viví algún tiempo ilusionado, pero lo que encontré me desilusionó por completo. 

Nos dijimos adiós, bajo la sombra de un edificio que fue testigo de tan infeliz despedida. Regresé dolido, triste y desilusionado. Destrozado por lo que había pasado, me propuse olvidarte. Ahora te confieso que lo logré. 

Seguro muchos se preguntarán, si es que ya te olvide, ¿por qué te estoy escribiendo?. Lo hago para que sepas que no queda resentimiento. Deseo que seas muy feliz, fuiste parte importante de un largo tramo de mi vida. Te lo agradezco. 

Me dijiste que tenía que hacer una nueva vida, y lo estoy haciendo. El mar de lágrimas ya secará, con el tiempo todo se olvida, por eso te escribo "Por última vez" Jsk. 

12 de diciembre de 2008

Llega Navidad y con ella Papa Noel

Una verdadera historia de Navidad


En diciembre de 1914, la contienda estaba en un virtual impasse. Los germanos no habían podido tomar París, y en su posterior carrera hacia la costa se habían encontrado con la férrea resistencia anglo-belga en torno al pueblo de Ypres.
El Papa formuló un dramático llamamiento a la paz, el cual no fue tenido en cuenta por los beligerantes.
El 24 de diciembre circuló la siguiente orden entre los batallones ingleses: "Informes fidedignos indican como posible que el enemigo planee un ataque para las noches de Navidad o Año Nuevo. Se debe mantener una vigilancia especial en esas fechas".

Los germanos tenían la costumbre de llevar árboles de Navidad a sus casas y adornarlos (no era tan común como es hoy). Para esa Navidad en particular el ejército envió arbolitos a todas las tropas del frente. El regimiento alemán de Guardias Sajones(católicos) tenían varios de estos arbolitos. Del otro lado, los hombres del segundo regimiento de guardias escoceses, al ver las luces, pensaron que era el preludio del tan esperado ataque y empezaron a disparar. Sin embargo se encontraron con algo desconcertante: los supuestos atacantes no respondían el fuego. Y así en la noche del 24, se dio un fenómeno que los testigos aún recuerdan: el frente estaba en total silencio. Solo se oían esporádicos cantos navideños provenientes del lado germano.
Pero el asombro no terminaba ahí. Más tarde, los azorados escoceses oyeron voces que los llamaban desde el lado germano, en un inglés con un fuerte acento. La propuesta que gritaban los soldados era muy sencilla:
"You no shoot, we no shoot." (si ustedes no disparan, nosotros no disparamos).
En general, los alemanes encabezaban las informales propuestas de paz. En otros lugares del frente los soldados desplegaban carteles con la leyenda "Merry Christmas"(feliz navidad). Algunos soldados alemanes se animaron a salir al descubierto, en la noche, para intercambiar cigarros o chocolates con los asombrados ingleses. En general, primero se pactó una pausa para recoger a los caídos que estaban en la tierra de nadie, y luego confraternizar.

Al despuntar el día 25 los oficiales de los batallones no daban crédito a sus ojos. En la tierra de nadie decenas de soldados espontaneamente salían de las trincheras, totalmente desarmados, para estrechar las manos de sus enemigos e intercambiar todo tipo de obsequios: chocolates, cigarros, botones, cerveza, cognac, diarios, incluso fotografías familiares. Incluso el regimiento de Sajones le regaló a los escoceses un tonel de cerveza, en muestra de buena voluntad. Llegaron a organizarse varios partidos de fútbol, con pelotas verdaderas o improvisadas con lo que fuese. 
La tregua siguió durante toda la noche, aunque los altos mandos, al enterarse, dieron orden de terminar con la confraternización(aunque muchos oficiales hicieron la vista gorda). 

La mañana del 26 terminó la tregua. En algunos lugares duró incluso hasta fin de año.

Esta es una historia extraña, única, aunque esperemos no irrepetible. La primera guerra mundial fue un verdadero holocausto; el primer día de la batalla del Somme(1916) los ingleses tuvieron 57.000 bajas, que al culminar la ofensiva aumentaron a 400.000, por una ganancia territorial de 11 km.

De las historias que leí de Navidad, esta es la que más me llegó. Tal vez por lo desusado; acaso porque refleja el verdadero espíritu de la Navidad: un momento en el que reina la paz. No para los católicos ni para los musulmanes, sino para todos los hombres de buena voluntad.